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Noches blancas, ma​ñ​anas negras

by ALEXANDERPLATZ

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1.
Hipnoparto 02:54
Aunque parezca apresurado confesar que ha tocado hueso y fondo y más allá, y más lejos, más profundo y más letal (que entre la carne mejor cuchillo nunca lo habrá); aunque canten cien cañones al compás, como un solo coro artillero que jamás podrá acercarse siquiera a despedazar (como lo hace esta metralla al impactar) este pobre y roto corazón que hace ya tiempo que dejó de funcionar; de un destrozo salen más de dos, hace ya muchos trozos que no volvía a explotar. Aunque se abriera el suelo en mil grietas bajo los pies y estallaran todos los volcanes a la vez (y colapsaran también las presas justo después), aún así no dejaría de reconocer que nada te sepulta más y mejor que este estática explosión, que este alud de amor; que nada te destroza como lo hará (y mira que lo hará) lo que está por llegar.
2.
La gente a veces se queja por vicio y lo disfruta. De todo hay en estos campos floridos, flores y cardos, rimas y ripios. Me asombra que piensen que es ironía, no quise ofenderos, yo nunca podría, mi catolicismo me lo impediría, voy a disculparme, pero mejor otro día. El tiempo que quede entre siembra y cosecha que os aproveche, y si finalmente no lo aprovechan que tengan suerte, y si la suerte ya no se os acerca pues cuídense mucho, yo también me cuido mucho. No crean que hablo con cierto sarcasmo, quizá, bueno, un poco, no puedo evitarlo, olvídense de eso de ser buen cristiano, me invento razones para que estén de mi lado. No piensen que son palabras vacías, tal vez sea cierto lo de la ironía, no sé si pretendo hacer algún daño, es que no puedo callarme sin lamentarlo.
3.
Virgencica 03:37
Es mejor entusiasmarse con la indiferencia que consumirse con la impaciencia. Es mejor, más sencillo, más limpio y seguro, no meterse en ningún otro charco y quedarse bien quieto en el tuyo. Es mejor no aceptar que dé vueltas y vueltas, sin parar, la cabeza que piensa, es mejor cultivar la pereza. No anhelar nada, todo, o en parte, no exhalar aire del que te guardes, no inspirar la confianza que falte. Voy a dar un paso lento muy lento hacia un lado, para ver el surco que he dejado, para ver por dónde me he arrastrado, para ver si el barro se ha secado, para ver qué desastre ha quedado. Es mejor que andar siempre penando y pensando, por las cosas que vienen pasando, por la vida que pasa pasando. Es mejor no ir buscando lo que andes buscando, resbalando con pasos muy largos, es mejor no querer mejorarlo. Si hay mil voces en cada cabeza, cada una rompiendo en mil piezas y en cada pieza una sola certeza. Voy a dejar de contar el tiempo que ha pasado, lo pasado es pasado pasado, lo futuro es pasado preñado, el futuro es estar tan cansado, porque a veces estoy tan cansado.
4.
Fue en una cosa de lo más normal, estaba y luego ya no estuve más, pero en aquel instante en la habitación algo sucedió que todo lo cambió. Podrás llamarlo teletransportación, podrás llamarlo desmaterialización, en todo caso habría que aceptar que mi presencia aquí no depende de mí. Porque allí donde fui a parar es donde me debí quedar. Y desde entonces te confieso que ni sé ir ni sé cómo volver, ni me encuentro ni sé cómo estar, y al poco de regresar me vuelvo a marchar. En fin, para quererme bien tendrás que hacer por entender que nunca podré saber si voy a desaparecer, ya sé que allí no se me va poder llamar porque no hay señal que pueda llegar, y no hay rastro de mi ubicación, ni ninguna dirección, ni ninguna indicación. Pero entiendo que también comprenderás que la mejor libertad es la que no puedes evitar. Y que lo mejor de estar en otro lugar es que nunca estás en el mismo lugar.
5.
Negro tiempo de prisión, sufriendo la condición del que cumple la condena para quien la fuente de todo mal es la esencia material su castigo y su cadena. Si me vino a rescatar de vivir en la oscuridad la penumbra de una cueva, no me mientes al mundo que allí no hay nada que hacer salvo caer y caer. Todas las penas del mundo rodando se llegan, soplan furiosos los vientos delante de ella, entre los riscos del alma se eleva mi cueva. Cada momento a disfrutar es carne a mortificar por sentir la gracia plena, y una extraña sensación fruto de la desnutrición que a este trance me lleva. Si me pidieras por una vez que te acompañe a conocer lo que el alma envenena, no me enseñes el mundo que entonces ya no podré más que dudar y dudar. Bajan rodando las penas la alegre ladera, susurran los vientos palabras de amor desde fuera, tumban perfumes las puertas que defienden mi cueva, doblo mis piernas que tiemblan y el aire me lleva.
6.
Oración 03:49
Rezo cada día de aquí hasta el final de mi vida, por si acaso se olvida. Rezo cada día, en los pies me han crecido rodillas por no pisar lo que pisas. Rezo cada día que rezo y si rezo es para no dejar de rezarte, por si olvido lo que tengo que pedir. Los cantos agradan al Señor. Dice una voz: "cuidado con lo que vas a desear, quien pide recibe, no vaya a ser que al final se convierta en realidad". Y la voz se ahoga en la soledad. Rezo cada día a los pies de millones de altares, físicos y mentales. Rezo todo el día, a mi vida le van a faltar días para rezar todo el día. Rezo en el momento en que pienso que pienso y no rezo por no perder tiempo, todo el tiempo que me quede por rezar, uniendo palabras que querría gritar, sollozos que emanan desde el suelo, plegarias tan mudas que me podría ahorrar por la cuenta que me trae, por si se convierten al final en realidad, en realidad e incluso en algo más, yo querría gritar, que se oyera y poder por fin dejar de andar rezando esta oración día tras día.
7.
Revienta, pozo negro, agua turbia, fondo abisal, abre todas las compuertas de la virgen mezquindad, en la envidia penitente hay un consuelo, un latido bombeando su recelo, di lo que no quieres decir cuando vayas a hablar. Dime corazón, di por qué razón, no me pasa a mi. Desabriga la esperanza, monta el cerco, hunde el pie, rumia toda la amargura masticando mala fe, si hay deporte nacional minoritario es patrimonio del honor reivindicarlo, es su única certeza el seguir siendo como es. Ay, Santa Isabel, cámbiame de piel, que me pase a mi. Que me pase a mi.
8.
No me canso de llamarte cuando no puedes contestar, porque si pudieras ponerte ¿para qué te iba a llamar? Y no me canso de escribirte aunque no quieras hablar, si quisieras responderme no te escribiría más. No me canso de olvidarme de que me puedes olvidar, si quisiera recordarte te dejaría de pensar. No me canso de cansarme de quererte así tal cual, si quisiera no quererte no podría quererte más.
9.
No me has entendido bien cuando te he dicho que ya no me pienso quejar de nada nunca más. Piensas que será un ardid para fingirme algo que en verdad no soy, por alguna razón que no alcanzas bien a comprender. Y ni siquiera me molesto en convencerte, porque aún estoy en el proceso de creerme que el engaño es que esta vez me digo la verdad, un diálogo exterior que es una discusión entre tú y la realidad; y la realidad es que tú, que tú no te lo crees, tal vez porque es que soy yo, soy yo y no puede ser. De todas las mentiras que haya dicho antes, ninguna ha sido como esta de importante, como la que estás escuchando en este instante, la que te crees aún menos, vaya por delante que yo tampoco podría, no me la llegaría a creer. De todas las mentiras que haya dicho antes, ninguna ha sido como esta de importante.
10.
En la punta de los dedos aún queda fuego. En las sombras hay miradas que me señalan y me llevan de las manos, este va a ser un caso claro, no hay mucho que atestar. Por los poderes conferidos, pidiendo a gritos, por los poderes delegados: no lo dejen estar, no lo dejen porque nadie lo merece más que nadie que este nadie suplicante, no me suelten pues yo tengo la culpa, tengo la culpa. No os ofrezco resistencia, sólo ofrezco este silencio preñado de indiferencia, no se ablanden pues yo tengo la culpa, tengo la culpa, tengo la culpa.
11.
Por cosas que yo me sé y no vienen al caso explicar, tengo que desaparecer y no sé, y no sé, no sé con qué criterio formarme la ilusión de elegir, si no daría un céntimo por encontrar lo que es bueno para mí. Porque en la elección debe ser importante, pues, saber que el que llora antes no llora después. El exilio va por dentro, escriben en la prensa del corazón, y ahora que lo pienso quizás sea esa la razón de que si se huye con el rabo entre los pies tal vez sea inevitable enredarte con él. ¿Por dónde empiezo entonces a marcharme? ¿En la orquesta de un crucero es una opción? ¿O en una plataforma de extracción, tan lejos que para poder llegar necesitara saber pilotar un helicóptero y así quizá emplearme en la carrera militar? Tal vez es lo que debería pasar: el alistarme y luego desertar, porque así es como yo suelo acabar.

about

"Noches blancas, mañanas negras" es el tercer álbum de ALEXANDERPLATZ, el proyecto de Alejandro Martínez tras la disolución de Klaus&kinski. Un disco que siguiendo la línea marcada por los dos anteriores trabajos ("Muera usted mañana" y "Parques nacionales españoles") continúa profundizando en la combinación de estilos y arreglos de guitarras y sintes, que otorgan a sus composiciones un sello personal e intransferible. Canciones que, desde los tiempos de Klaus&Kinski, se caracterizan por su forma poliédrica de interpretar la música pop y siempre nos deparan piruetas con resultados sorprendentes, bordadas a unas letras singulares que nos muestran los recovecos de una realidad compleja a través de los ojos curiosos e insumisos de su autor.

Si "Parques nacionales españoles" fue, de algún modo, su disco más contemplativo, "Noches blancas, mañanas negras" se caracteriza por adentrarse en el mundo interior de ALEXANDERPLATZ. Experiencias, que en su transcurso, siempre acaban por aflorar a cielo abierto en los momentos y circunstancias más íntimas y delicadas de la realidad cotidiana, transformando el día a día en una aventura inédita.

La cara A se abre con una tierna y juguetona pieza rockabilly (o más bien soft-billy), una suerte de dulce alumbramiento de lo que está por venir titulada "Hipnoparto", que nos prepara para uno de esos baños de realidad a los que ALEXANDERPLATZ nos tiene, afortunadamente, acostumbrados. "Afectuosamente suyo", el segundo adelanto de "Noches blancas, mañanas negras", es una canción dominada por juegos de guitarras limpias y cristalinas (se podría relacionar con un pop de guitarras más o menos clásico) aunque con ganchos y pinceladas synth, y por los arpegios de los sintetizadores analógicos. El resultado es un ambiente de cierta dulzura que se torna malicioso y cáustico y que entrega una epístola de sabor agridulce.

El tercer corte de "Noches blancas, mañanas negras" es "Virgencica", primer single digital publicado del álbum y un tema en parte deudor del synth pop de los 80', donde conviven los arpegios y jugueteos de los sintes análogicos, con las texturas ambientales de las guitarras y los beats electrónicos quebrados. Rompe en un enérgico estribillo algo más EDM y posee un mensaje sarcásticamente conformista: Virgencica, que me quede como estoy… Perfecta para propiciar "El arte de la fuga". Una composición que bascula entre el folk y el country-rock más clásico, en la senda de Jackson Browne, Gram Parsons o Neil Young, con una primera parte más contemplativa, a la que le sigue una sección más intensa y dinámica. Una huida neo barroca.

Llegado a este punto, con "Ascética básica" ALEXANDERPLATZ opta por un cambio de tercio en el fondo y en la forma. Una ranchera eremita de sabor mariachi, para cantar las virtudes del retiro ascético. El tema de sonido más orgánico del disco, en el que juegan guitarras y trompetas al gusto de un Ry Cooder o un Jorge Negrete vestidos con pieles y viviendo en una cueva en el desierto de Sonora. Como contrapunto y para finalizar el primer lado del vinilo de "Noches blancas, mañanas negras", ALEXANDERPLATZ llama a la "Oración". Una enérgica vuelta a los ochenta, de riffs a lo New Order y las cajas largas mojadas de reverb para hincarse de rodillas y cantar mirando al cielo...

La cara B tiene un comienzo duro. "Veneno gratis" es rock ponzoñoso, pesante, un poco AOR y un poco alucinado, envidioso de muchas cosas y con mucho riff de guitarra, claro. Como es previsible en ALEXANDERPLATZ, a continuación y a contrapelo llega la ternura, la suavidad y la contradicción de "Cada vez me echas menos de menos". Un corte con una textura entre dulce y mágica, de guitarras delicadas o brumosas y trompetas cariñosas.

El desenlace a este "Noches, blancas, mañanas negras" empieza con la canción más "Insultantemente exultante" del disco. Quizá el tema más pop del LP, con infecciosas guitarras y sintes, ganchos riffs y dinamismo luminoso para avanzar intensamente hacia un final de inexplicable exultación. Porque "A mí la guardia civil", aunque se inicia in crescendo a partir de arpegios de sintetizadores oscuros y misteriosos, rompe en una sección posterior más rítmica, que deviene en un aún más intenso crescendo, ideal para entregarse en comisaría.

Para finalizar, como no podía ser de otro modo, ALEXANDERPLATZ tiende un pacificador "Puente de plata". El tema más escapista, ambiental y etéreamente dream pop del disco, en el que cuerdas y guitarras empastados en masas de sonido muy reverberantes nos permitirán huir escalando hacia la cumbre o afrontar de la mejor manera la conclusión del disco.

“Noches blancas, mañanas negras” ha sido compuesto e interpretado por Alejandro Martínez Moya, excepto: Sergio Bernal: baterías en 2, 7, 9 y 10; Miguel Porras: baterías en 1, 4 y 11; Cristian Fernández: trompetas en 5 y 8. Producido, grabado y mezclado en Murcia por Alejandro Martínez y asistido por Antonio Illán (MIA Estudios, Algezares, Murcia). Masterizado por Arturo Vaquero en Abrigueiro Estudios (Friol, Lugo). Dirección de arte, diseño y maquetación: Paco Martínez.

credits

released September 29, 2023

JAB-2082 LP 12"

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